Hace décadas la tecnología de emolientes para cremas faciales estaba en sus comienzos. La mayoría de cremas faciales dejaban brillos en la piel y una sensación grasa e incómoda. Desde luego, no eran lo mejor para salir a la calle con una sensación de limpieza y bienestar.

Esto hizo que apareciera en el mundo cosmético la idea de "tratamiento de día y de noche". No es porque la piel tenga necesidades diferentes durante el día que durante la noche. La piel es la misma a cualquier hora del día. La razón fue que las cremas eran muy grasas y no eran adecuadas para que te vieran con ella puesta.

La rutina habitual entonces era aplicarse una crema muy suave, sin apenas nada, durante el día y de la noche aplicarse la que sí llevaba activos porque no importaba tanto que dejara brillos ya que nos íbamos a la cama.

Con el paso de los años la ciencia de los emolientes evolucionó. La industria cosmética consiguió texturas cada vez más sofisticadas hasta llegar al punto de que una crema se absorbía se inmediato sin dejar restos, brillos o sensación grasa. El concepto de tratamiento "de día y noche" llegó a su fin.

La rutina cambió entonces a utilizar un serum de rápida absorción y efecto intenso, normalmente con mayor concentración de activos, y luego una crema. La misma rutina para el día y la noche.

¿Porqué entonces en pleno siglo XXI está volviendo a las rutinas usar una crema de día y otra de noche?. Por el sol.

En los últimos años nos hemos hecho conscientes de la importancia de proteger la piel del sol. De nuevo la industria ha dado respuesta a esta necesidad incluyendo en sus fórmulas filtros solares de baja protección. No están pensados para pasar un día de playa sino para proteger la piel durante la vida cotidiana.

Perfecto.

Pero resulta que los médicos empezaron a argumentar que los filtros solares, sin ser perjudiciales en sentido alguno, no tenían razón de ser en un tratamiento de noche. Y para qué exponer la piel a un ingrediente que no necesita.

Esta idea ha hecho que esté volviendo la rutina de crema de día, con factor de protección solar, y crema de noche sin él.

En el pasado se usaban cremas de noche porque dejaban brillos y sensación grasa y no servían para el día a día. Hoy se usan para ahorrarle el protector solar a la piel cuando no lo necesita.

En nuestra colección encontrarás las cremas Bioactive Cream y Bioactive Nutritive Cream (para piel normal-grasa y piel seca respectivamente) con FPS 20. Y además Lasergen, el regenerador sin FPS, con conservantes de grado alimentario y perfume sin alergenos, para que tu piel se repare durante la noche sin nada de lo que no necesita. Y por supuesto el Serum.